¿Por dónde empezar? Si nos preguntan inesperadamente qué es un libro, seguramente casi todos dibujaremos al instante en nuestra mente los libros de papel y de forma rectangular que leemos a diario. Esta es la imagen convencional inevitable. Raras veces solemos ver otro tipo de libros. Pero, si lo pensamos más detenidamente, podemos llegar a la conclusión de que, en realidad, desde las antiguas tablillas sumerias de arcilla –la primera forma histórica del libro- al eBook de hoy, un libro es simplemente un instrumento, manejable manualmente la mayoría de las veces, de conservación y transmisión de ideas, escritas, dibujadas o fotografiadas. Y ello independientemente de que éstas estén escritas a golpe de cincel o por medios electrónicos; independientemente, asimismo, de que el soporte sea de piedra, de papel o una pantalla líquida. El libro de artista va más allá. Al ser una creación artística libre, no tiene por qué reconocer las fronteras convencionales del libro actual; puede hacerlo, pero puede igualmente ignorar todas y cada una de ellas. Y, lo que es más importante, puede ir más allá que el libro convencional, allá donde éste no está capacitado para llegar. Es arte, con todos sus riesgos. Empezando por el hecho de que en su proceso de creación hay una intervención o control directo, de principio a fin, por parte del artista, o de su equipo si es el caso. Tal vez su característica más destacada sea su capacidad para albergar todo tipo de disciplinas artísticas, solas o en combinación: todos los oficios y artes del libro, la música, la escultura, la fotografía, la literatura, la poesía, producciones electrónicas y un largo etcétera. Puede ser un libro totalmente convencional en sus formas, composición y manejo, con hojas de papel, pero puede por el contrario ser un libro objeto, escultórico, sin una pizca de papel, compuesto de toda clase de materiales imaginables, ya sean naturales o elaborados; sus formas, regulares o irregulares, no tienen límite alguno; como tampoco su tamaño, minúsculo o de gran formato Puede contener poemas, relatos, aforismos, o ni una sola palabra. Pueden ser libros intervenidos o revistas ensambladas. Pueden ser poemas objeto o poemas habitables. Puede ser un ejemplar único o seriado, duradero o efímero… ASPECTOS BÁSICOS A CONSIDERAR AL DISEÑAR LA ENCUADERNACIÓN DE UN LIBRO DE ARTISTA EL CONCEPTO, LA ESTÉTICA, LA FUNCIÓN Y LAS ESTRUCTURAS DE LA OBRA La creación artística, cuando de hacer libros se trata, debe contemplar, en mi opinión, cuatro aspectos estrechamente vinculados entre sí, como son: a) el concepto, entendido aquí como el relato, la idea que se persigue transmitir; b) la estética de la obra por la que se opte, como complemento indispensable de la idea; c) la función que va a desempeñar el libro o, dicho de otra forma, las personas a quienes va dirigido y el medio en que se inserta y; d) las estructuras, materiales y ensamblajes a elegir en consecuencia. Un libro de artista no es, por lo general, un artículo que se cuelga en una pared o una escultura que se coloca en un cubo, aunque también tenga esos usos felizmente no pocas veces. El libro al que me quiero referir principalmente en estas páginas es aquel que puede ser utilizado, comprobado y disfrutado repetidamente con las manos. Por lo tanto, todos los aspectos de tipo técnico constructivo han de ser tenidos muy en cuenta. Una vez definidos, relativamente al menos, el concepto y la estética del libro, asuntos en los que no vamos a detenernos aquí, ha de considerarse su función. No parece lo más adecuado construir igual un ejemplar único para una colección privada que un libro destinado a una biblioteca pública infantil; un libro exclusivo y económicamente costoso que una edición seriada de bajo precio destinada a la venta, etc. Unos y otros objetos requerirán materiales y tratamientos diferentes. Toca detenerse después en la arquitectura de la obra, en los aspectos técnicos que comportan su elaboración: los sistemas de articulación y ensamblaje de sus diferentes partes, así como los métodos de trabajo a emplear y la elección de materiales adecuados. NO EXISTE CASI NADA QUE NO SE PUEDA ENCUADERNAR ¿Incluso una bicicleta?, me decía jocosamente una amiga. Pues la respuesta es que sí, por inverosímil que pueda parecer. Difícil, sí, y seguramente absurdo, pero perfectamente posible. Esa es la cuestión. Esta afirmación puede parecer exagerada, pero si se tienen los conocimientos adecuados y se reflexiona sobre ello se llegará a la conclusión de que no es así. Basta con actuar con audacia y más audacia y diseñar con acierto la obra. Es cuestión de tamaños. Más distancia separa un modesto bote de remos de un inmenso trasatlántico. Tenemos una amplísima gama de recursos. Desde el libro de un solo cuadernillo, el más sencillo, pasando por la costura de simples hojas sueltas, hasta una obra de estructuras complejas construida con articulaciones de elaboración propia, con escartivanas y otros recursos diversos. Sin embargo, realzando ahora el encanto de lo sencillo, una modesta aguja, un hilo y un punzón, pueden bastar para encuadernar un magnífico libro. TOMARSE TIEMPO PARA PENSAR Tomarse el tiempo necesario para pensar lo que se quiere hacer. Si predomina la duda, más vale pararse y no dar pasos que puedan ser irreversibles y dañen la obra. Esto es clave. Si se ha cortado, perforado y encolado el papel, pongamos por caso, el paso dado no tiene vuelta atrás. Un cálculo previo, en el que se incluya un dibujo con medidas precisas, ayudará a evitar los errores que se observan con más frecuencia: libros con las tripas hinchadas y deformadas, con mil objetos pegados en su interior; lomos abarrotados de cola que no se articulan ni flexionan; tapas y láminas combadas o arrugadas, costuras mal ejecutadas… ELEGIR MATERIALES ADECUADOS PARA CADA OBRA. Actualmente, se están empleando en los libros de artista todos los materiales imaginables, ya sean naturales (minerales, arcilla, madera, vegetales, algas incluidas, restos de animales…) o elaborados (papeles, cartones, plásticos, metales, vidrios, telas, resinas, cauchos, pinturas y tintas…). Como escribía unas páginas más atrás, la elección de los materiales vendrá determinada de un modo general por el contenido, la estética y la función que va a desempeñar el libro en cuestión. Me remito a lo ya escrito. Interesa, no obstante, referirnos a un par de aspectos más concretos dentro de este apartado: El primero consiste en saber buscar los materiales adecuados para cada parte concreta del libro. No basta con la apariencia, ésta puede ser engañosa. Hay que asegurarse, por poner un ejemplo concreto, de que ese papel que parece tan interesante es al mismo tiempo válido para ser encolado sin arrugarse exageradamente (cosa que con frecuencia plantea serios problemas). La misma atención hay que prestar a la calidad de la materia prima con la que están elaborados los materiales, incluido su PH, si se quiere crear una obra libre de hongos, de una acidez que quiebra los materiales y de otros desastres similares. Esto vale igualmente para toda clase de colas y adhesivos. Luis Barrios
2 Comentarios
9/30/2019 17:22:09
Muy buen post, sobre todo por la información importante que entregan
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April 2021
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