Primero fueron las tabletas de arcilla sumeriaspor Luis Barrios Voy a regalarte un libro, nos dicen. Y en una fracción de segundo nuestra mente dibuja un libro de hojas de papel y rectangular, el que conocemos desde la cuna, el de siempre; es una imagen condicionada en nuestro cerebro, raramente podríamos pensar de manera distinta.
Pero si nos trasladamos hacia atrás en el tiempo veremos otros muchos libros, con otras formas y materiales, flexibles y rígidos, en otros lugares del planeta y en diferentes épocas, en manos de otras gentes y otras culturas. Planteada la cuestión en estos términos, propongo que empecemos por lo primero, por preguntarnos: ¿QUÉ ES UN LIBRO? De hacer caso a la RAE, un libro es: 1. m. Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen. 2. m. Obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte. 3. m. Cada una de ciertas partes principales en que suelen dividirse las obras científicas o literarias, y los códigos y leyes de gran extensión. En mi modesta opinión, sin embargo, a diferencia de lo que dice la RAE, creo que una definición más exacta, más acorde con la realidad, sería esta: Un libro es un objeto, de uso manual, de conservación y transmisión de ideas escritas o dibujadas; ya sea utilizando para ello una caña, una pluma, planchas de madera tallada, letras en tipos de plomo o de madera, o por medios electrónicos. El soporte puede ser de cualquier material que se preste para esa finalidad, rígido o flexible, existente en la naturaleza o elaborado por el ser humano: barro, papiro, papel, pergamino, metal, madera, una pantalla líquida, plástico, resina, etc. De hecho, hay libros, convencionales o de artista, fabricados con todos los materiales citados y otros muchos más, flexibles y rígidos, miniaturas y de gran formato, libros que no parecen tales, con y sin palabras, etc. También en este caso la realidad supera a la imaginación. Según esta manera de entender el objeto libro, pienso que, por lo que hasta ahora se conoce, según las disciplinas científicas que intervienen en el estudio de los libros en la antigüedad (historia antigua, arqueología, epigrafía, paleografía, etc.), parece obligado llegar a la conclusión de que la primera forma histórica del objeto libro fue la tableta de arcilla sumeria; más tosca que los libros que le sucedieron en el tiempo, efectivamente, pero no por eso menos libro. Apoyo la tesis que considera que hay tres grandes formas históricas del libro en sus aproximadamente 6000 años de vida, y por este orden: la tableta de arcilla sumeria, el rollo de papiro (luego también de pergamino, seda…) y el códice. Y ello, añadiría tratando de precisar un poco más, valorando su importancia para la evolución de la cultura escrita, su aportación novedosa, su extensión en el territorio y su duración en el tiempo.. Hubo igualmente otras formas distintas de libros y en otros soportes, pero de una trascendencia bastante menor en comparación con las tres grandes citadas. LA TABLETA DE ARCILLA SUMERIA. Con escritura cuneiforme Hace unos 6.000 años, la civilización sumeria, existente al sur del actual Iraq, en la antigua Mesopotamia, convirtió unas tabletas de un producto tan simple como la arcilla, que abundaba en el lugar, en un potentísimo instrumento cultural, en la primera forma histórica del libro. “La historia empieza en Sumer”, afirmaba con rotundidad Samuel Noah Kramer, un gran estudioso de esta civilización. Las tabletas, moldeadas con formas diferentes (cuadradas, rectangulares, exagonales…), con dimensiones que variaban desde unos ocho centímetros hasta bastantes más, eran grabadas estando húmedas con unas cañas u otros objetos similares biselados en forma de cuña; de ahí el nombre de cuneiforme. La producción de tabletas se prolongó, con transformaciones, durante más de dos milenios. Es la arcilla sumeria el material que alberga La Epopeya de Gilgamesh (2500-2000 a. C.), considerado el primer relato literario escrito de la historia, en escritura cuneiforme; o el Himno de UGARIT, la más antigua forma de notación musical, de hace 3500 años; o los escritos de Enheduanna, parece que la única autora conocida en medio de todos los autores masculinos de aquella época, hace 4300 años aproximadamente. Hasta las décadas finales del siglo XIX ni siquiera se conocía la existencia del pueblo sumerio. Unas excavaciones arqueológicas realizadas en el lugar, en busca de restos de otras culturas, empezaron a poner de relieve, sorpresivamente, las ruinas de lo que sería Sumeria. El antiguo Egipto faraónico fue la cuna del rollo de papiro (de pergamino después) la segunda forma histórica del libro, hace 4.500 años aproximadamente. Pero esa es otra historia… (Ver el ensayo “LA REBELIÓN DEL LIBRO DE ARTISTA. Idea+audacia. 2020. Autor: Luis Barrios; maquetación: Alfredo Gil; diseño portadas: Ainara Landaberea; traductora: Ainhoa Kortaxarena - www.arteliburu21.com)
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April 2021
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